Contador, cuentista o cuentero, es un narrador oral de cuentos e historias. La cuentera es el arte oral de contar, u oralidad narradora artística, que consiste en comunicar y expresar por medio de la palabra, la voz y el gesto vivo, cuentos y otros géneros imaginarios que el cuentero inventa y/o reinventa en el aquí y ahora con un público considerado interlocutor, y que por ser comunicación no son literales respecto a la fuente.
No hay que confundirlo con el arte de la conversación y las anécdotas personales, otro arte oral con el que se entrelaza en la práctica, ni con el arte de contar historias reales que es el antecedente de la crónica y de la historia oral, ni tampoco hay que confundirlo con el cuento teatralizado.
La cultura oral y la tradición oral son material cultural y las tradiciones se transmiten oralmente de una generación a otra. Los mensajes o los testimonios son transmitidos verbalmente a través del habla o la canción y pueden tomar la forma, por ejemplo, de cuentos populares, refranes, romances, canciones o cantos. De esta manera, es posible que una sociedad pueda transmitir la historia oral, la literatura oral, la ley oral y otros conocimientos a través de generaciones sin un sistema de escritura.
Los cuentos y otras ficciones que narran han sido compartidos en cada cultura y país como un medio de entretenimiento, educación, preservación de la misma, del conocimiento y de los valores. Elementos vitales a este arte incluyen una trama y unos personajes, entre más, así como el punto de vista, la manera de ver el mundo del narrador oral artístico (el primero de ellos el cuentero de la tribu o cuentero comunitario).
Las historias son utilizadas para compartir un mensaje, dar una explicación mágica, divertir, criticar, aportar posibles soluciones a conflictos... El arte oral de contar es además elemento de la tradición oral de cada pueblo, tal es el caso de los Halaiqi (cuentacuentos) marroquíes, los narradores de Pingshu chinos y los Gaito Kamishibaiya (narradores itinerantes de Kamishibai) japoneses.
El cuentero recaba su material de fuentes de tradición oral o de la literatura, pero lo re significa y recodifica a la oralidad, deviniendo el contenido en su mensaje personal y único, con el cual, como un fuego que sigue devorando y expandiéndose, va atrapando a su oyente y lo va abrazando y abrazando con imágenes, percepciones y sensaciones que previamente modificaron e hicieron vibrar su propio ser.
El cuentero narra para alejar, engañar y posponer eternamente la muerte. El cuentero o narrador no es totalmente exterior a la historia ni está del todo implicado en ella. Cuenta como un testigo y representa a hombres y mujeres, a niños, jóvenes y viejos, siempre fragmentariamente, nunca en la continuidad. El narrador no es para nada prisionero de un personaje, es prisionero de la historia que narra. Dispone de técnicas de narración y experimenta el placer de coexistir con esos seres imaginarios.
Al mismo tiempo, el narrador hace compartir a la asistencia los relatos de su pasado, de los que se presenta como el primer heredero. Es un heredero e individuo público al que le corresponde transmitir oralmente el fondo épico de una comunidad. El cuentero o narrador se remite al modelo del artesano, en el cual el anonimato y la individualidad se conjugan.
En el colegio nos hicieron leer algunos autores ancashinos como Marcos Yauri Montero, de el recuerdo el libro "Reyna del Viento" que es una recopilación de cuentos huaracinos, muy bellos por cierto.
ResponderEliminarYo tengo tambien un blog, a ver si lo visitas. Saludos.