domingo, 24 de noviembre de 2013

VOZ Y FANTASÍA: EL CONTADOR DE CUENTOS

Contador, cuentista o cuentero, es un narrador oral de cuentos e historias. La cuentera es el arte oral de contar, u oralidad narradora artística, que consiste en comunicar y expresar por medio de la palabra, la voz y el gesto vivo, cuentos y otros géneros imaginarios que el cuentero inventa y/o reinventa en el aquí y ahora con un público considerado interlocutor, y que por ser comunicación no son literales respecto a la fuente. 



No hay que confundirlo con el arte de la conversación y las anécdotas personales, otro arte oral con el que se entrelaza en la práctica, ni con el arte de contar historias reales que es el antecedente de la crónica y de la historia oral, ni tampoco hay que confundirlo con el cuento teatralizado. 



La cultura oral y la tradición oral son material cultural y las tradiciones se transmiten oralmente de una generación a otra. Los mensajes o los testimonios son transmitidos verbalmente a través del habla o la canción y pueden tomar la forma, por ejemplo, de cuentos populares, refranes, romances, canciones o cantos. De esta manera, es posible que una sociedad pueda transmitir la historia oral, la literatura oral, la ley oral y otros conocimientos a través de generaciones sin un sistema de escritura. 


Los cuentos y otras ficciones que narran han sido compartidos en cada cultura y país como un medio de entretenimiento, educación, preservación de la misma, del conocimiento y de los valores. Elementos vitales a este arte incluyen una trama y unos personajes, entre más, así como el punto de vista, la manera de ver el mundo del narrador oral artístico (el primero de ellos el cuentero de la tribu o cuentero comunitario). 


Las historias son utilizadas para compartir un mensaje, dar una explicación mágica, divertir, criticar, aportar posibles soluciones a conflictos... El arte oral de contar es además elemento de la tradición oral de cada pueblo, tal es el caso de los Halaiqi (cuentacuentos) marroquíes, los narradores de Pingshu chinos y los Gaito Kamishibaiya (narradores itinerantes de Kamishibai) japoneses.


El cuentero recaba su material de fuentes de tradición oral o de la literatura, pero lo re significa y recodifica a la oralidad, deviniendo el contenido en su mensaje personal y único, con el cual, como un fuego que sigue devorando y expandiéndose, va atrapando a su oyente y lo va abrazando y abrazando con imágenes, percepciones y sensaciones que previamente modificaron e hicieron vibrar su propio ser. 


El cuentero narra para alejar, engañar y posponer eternamente la muerte. El cuentero o narrador no es totalmente exterior a la historia ni está del todo implicado en ella. Cuenta como un testigo y representa a hombres y mujeres, a niños, jóvenes y viejos, siempre fragmentariamente, nunca en la continuidad. El narrador no es para nada prisionero de un personaje, es prisionero de la historia que narra. Dispone de técnicas de narración y experimenta el placer de coexistir con esos seres imaginarios. 


Al mismo tiempo, el narrador hace compartir a la asistencia los relatos de su pasado, de los que se presenta como el primer heredero. Es un heredero e individuo público al que le corresponde transmitir oralmente el fondo épico de una comunidad. El cuentero o narrador se remite al modelo del artesano, en el cual el anonimato y la individualidad se conjugan.